Subimos en un teleférico, hasta arriba de la montaña, se veía el Mont Blanc, casi lo podías tocar,
- Cuantos, Aita?
- tresmilochocientoscuarenta y dos metros.
- Pues eso super alto.
Aita nos contó por donde escaló la Montaña y vimos a un helicóptero rescatar a un montañero...
Ane se puso mala por la altura y yo no quiero que Aita suba esas Montañas tan altas... por que es muy peligroso y no quiero que le pase nada... y creo que a Ama tampoco le gusta pero no dice nada...
En Aiguille du Midi (Alpes franceses)
1 comentario:
Pero las montañas son cómplices de Aita, ahí está la diferencia de quien lo hace sin complicidad a quien sabe cómo hablarles a las montañas.
Que lindos sus viajes, que lindas aventuras. Gracias por compartirlas que así me han permitido llegar hasta donde ustedes llegaron.
Un abrazo desde México.
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